Actitud dicotómica

“The all-or-nothing attitude is very destructive. The best approach is to start with the minimum irreducible amount of activity, and then try to expand it, day by day. Don’t get discouraged by setbacks; start again.” As Bill Sees It, p. 308 AA Literature

La actitud dicotómica no es una actitud, es decir, no es una decisión premeditada, o una toma de postura frente a una forma de actuar, está dominada por una emoción, que es una preparación para la acción, la actitud dicotómica se parece más a un interruptor que nos pone en un modo o el otro pero que nos percatamos luego de que se haya ejecutado el mecanismo. Mas parecida a la paradoja de la física cuántica de Schrödinger: desde la perspectiva de un observador un objeto puede ser o no-ser, pero no puede estar en un estado intermedio.

Esto nos puede suceder en cualquier ámbito de la vida, puede provocar el desencadenamiento de estados melancólicos o eufóricos, tendencia al drama o la grandiosidad, es estrecha la senda de la moderación psíquica. Esto Freud lo llamaba homeostasis, un estado ideal donde las fuerzas en conflicto llegan a un equilibrio, este se puede lograr por muchas vías, desde mecanismos desadaptativos que pueden volver disfuncional al entorno del sujeto o mediante la sublimación, que es el desplazamiento de conflictos internos a la realidad externa, dentro de lo culturalmente aceptable.

Hojas de hierba


Para no adentrarme demasiado en tecnicismos psicológicos voy a recurrir a imágenes simples que pueden dar cuenta lo ilusorio y peligroso de los estados fronterizos.
Es importante saber que, ante todo, no somos tan importantes (esta es la famosa "aceptación de la castración" o más al llano, aceptar nuestra humanidad o nuestros límites), nuestros éxitos o fracasos son iguales a los de una hoja de hierba como, nos recordaba el poeta americano Walt Whitman, o más cerca de nuestras pampas, con la misma intención el guitarrista Walter Giardino escribía "Lo que pasa no es tan importante, somos héroes por breves instantes" . Lacan entendía la importancia radical de esto en el rol paterno, ya que un padre que no muestra su sacrifico (es decir, dejar de lado su omnipotencia) no puede brindarle a su hijo una promesa*, la promesa de poder superarlo y superarse a sí mismo, tomar lo heredado y apropiarlo, esto provoca que el sujeto aprenda a amar con límites, por vía de la enseñanza de su propio límite.

Nuestra época se desentiende de los límites, algunos padres compiten como adolescentes, las aplicaciones virtuales son un scroll infinito de imágenes, las series de televisión se concatenan cada vez con menor contenido, los videos en YouTube se suceden unos a otros, incluso las aplicaciones de música muestran el símbolo de la eternidad como un ejemplo de reproducir música sin parar gracias a un algoritmo bondadoso. ¿Dónde aparece lo específicamente humano en este entorno?
Cuando hablamos de límite hablamos de libertad, por que sabernos limitados nos ayuda a elegir (al paso: una definición de la OMS de salud mental es la capacidad de poder elegir con cierta racionalidad) y poder elegir nos hace libres, no una libertad sin encuadre, sino una libertad dentro de una serie de senderos que se bifurcan, si nos hundimos en el feedlot cultural, es probable que dejemos de pensar y nos auto-esclavicemos y seamos más parecidos a un ser que no llega a ser, en palabras de Heidegger.

Es bueno tener en cuenta que la felicidad se parece más a un cierto grado de serenidad y no al estado de excitación que nos puede llevar una vida en acelere o una vida desafectada. Muchas éticas de transmisión oral trabajaron estos temas, como la que podemos encontrar en la tradición budista o en el cristianismo, la humildad, así como el agradecimiento, son herramientas sencillas para evitar que la mente se desconecte de la realidad y elabore fantasías exacerbadas, el problema es cuando esas fantasías se vuelven creencias,  patrones cognitivos relativamente estables que constituyen la base de nuestra interpretación del mundo.

Quizás si tuviera que resumir esta nota podría decir algo así como: No olvidar lo simple, intentar conectar con lo simple, una melodía, la sombra de un álamo, la parra, la baldosa, los misterios, "ecos que hay en las sombras y en las cocinas, al borde del abismo y atrás del mar"
Dejemos un espacio para reflexionar, y para no olvidar.

*Héroes, Walter Giardino en Rata Blanca VII, 1997

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